DESAFIOS DEL COMERCIO EXTERIOR ARGENTINO
Félix Peña comenzó su análisis con la pregunta central en cuanto a los desafíos del comercio exterior argentino: ¿cómo vamos a hacer para proyectar al mundo lo que sabemos hacer? ¿Cómo vamos a hacer para que un producto argentino tenga una presencia sostenida en la góndola de Shangai, por ejemplo?
En este sentido, hay que diferenciar tres grandes planos en el análisis:
1. La necesidad de buenos diagnósticos: Importancia de conocer y entender las fuerzas profundas que operan en el contexto global y sobre cómo ellas modelan una realidad internacional diferente. Los diagnósticos requieren permanente adaptación a desplazamientos de ventajas competitivas que seguirá produciendo la fuerte dinámica de cambio en la realidad internacional. Entender la dirección de los continuos cambios en la competencia económica global; detectar a tiempo los desplazamientos de ventajas competitivas que más pueden incidir en el país o en una empresa concreta –a veces en contra, pero a veces también a favor–; trazar estrategias de adaptación a innovaciones en las condiciones para competir en los mercados mundiales, son hoy algunos de los requerimientos fundamentales para las empresas que operan en el país. Es fundamental conocer la competencia, que está haciendo el resto, tener la aptitud mental de un cazador de blancos móviles. Para la Argentina, las oportunidades están, pero hay cola para llegar a las oportunidades.
2. La capacidad de tejer alianzas: el segundo frente de acción es el desarrollo de una gama amplia de alianzas estratégicas y de asociación de esfuerzos con otros países o grupos de países, y el del tejido de alianzas –con distintas modalidades– entre empresas que operan en el país con las de otros países, a fin de potenciar la capacidad de producir y de prestar servicios que se pueda desarrollar en forma competitiva en la Argentina.
3. La capacidad de negociar: En este sentido, la sinergia entre lo público y lo privado es fundamental. Peña resaltó la importancia de la inteligencia competitiva que no es otra cosa que tener acceso a un “radar” que permite detectar fuerzas profundas que alteran continuamente el mapa de la competencia de los mercados. Esto es, acceder a fuentes de información que, al ser decodificadas en función de requerimientos concretos de cada empresa, permiten mejorar el perfil de su gestión de inteligencia competitiva. Tales fuentes pueden ser entes públicos, bancos, prensa especializada, cámaras empresariales, instituciones académicas, páginas web inteligentes. Son éstos algunos de los canales que permiten que las empresas puedan colocar información y diagnóstico sobre cambios internacionales en la perspectiva de sus estrategias de mediano plazo, sean ellas ofensivas o defensivas. Fortalecer los servicios de tales fuentes es uno de los requerimientos prioritarios en el esfuerzo nacional por insertarse activamente en la economía mundial, aprovechando enormes oportunidades que se están abriendo, y que no se limitan a la demanda de productos primarios, por más valorados que ellos estén.
En la Argentina, hay inumerable cantidad de fuentes de inteligencia competitiva, el problema es que no están debidamente integradas. Peña recordó la idea del triángulo de Jorge Sábato en los 60: reflejo condicionado de interacción sistemática entre el mundo empresario, el Estado y la academia. Este triángulo, en Argentina, prácticamente no existe.
Por último, el invitado terminó analizando el presente y futuro del Mercosur en relación a nuestra alianza con Brasil, y haciendo especial enfásis en visualizar a la irrupción de China, como una oportunidad y un desafío para nuestro país, no una amenaza. China requiere principalmente un gran esfuerzo mental de entender algo completamente diferente, con lo cual tendremos que convivir los próximos siglos.
Félix Peñaes Director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank; Director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF); Miembro del Comité Ejecutivo del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI); Miembro del Brains Trust del Evian Group y Consultor Académico de la Red Mercosur. Integra la lista de árbitros por la Argentina del mecanismo de solución de controversias del Mercosur – Protocolo de Olivos. Ha integrado la lista de árbitros del CIADI y de la OMC.
En el ámbito público, se ha desempeñado como Subsecretario de Comercio Exterior del Ministerio de Economía de la Argentina y miembro titular del Grupo Mercado Común del Mercosur (1998-99). Integró el Grupo de Expertos que preparó el proyecto de Protocolo del Parlamento del Mercosur (2005). Fue Subsecretario de Integración Económica de la Cancillería argentina, y en tal carácter, Coordinador Nacional del Grupo Mercado Común del Mercosur y Presidente del Comité Intergubernamental de la Hidrovía Paraguay-Paraná (1991-92); Subgerente de Integración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (1984-90) y Asesor del Presidente del BID para asuntos de integración (1990-91); Subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería argentina (1982-83); Asesor Legal Ad-Hoc de la Secretaría General de la ALALC en el período de negociación y puesta en marcha del Tratado de Montevideo de 1980 que creó la ALADI (1980-1981); Secretario Académico del CARI (1978-1982); Director del Instituto para la Integración de América Latina-INTAL-BID (1975-77) y Jefe del área de estudios jurídicos del INTAL (1966-75). En cuanto a sus estudios, es Abogado por la Universidad Nacional del Litoral, Doctor en Derecho de la Universidad de Madrid, Licenciado en Derecho Europeo de la Universidad de Lovaina, Bélgica, donde también cursó estudios en economía.